La onicofagia, del griego “ónix” que significa uña y “phagein” comer no es una maña. Es considerada una autoagresión muy común en los niños, adolescentes y adultos jóvenes
La onicofagia está asociada con estados de ansiedad, estrés y tensión, miedo y nerviosismo. El mordedor compulsivo, además de rasparse las uñas se lleva por delante la cutícula y la piel de alrededor provocándose heridas por donde penetran infecciones oportunistas micróbicas y virales.
Una de las patologías más frecuentes son los parásitos llamados “oxiuros”, que es un tipo de gusano que puede entrar en el cuerpo. “Éstos viven en nuestros intestinos y comen los mismos alimentos nutritivos que el ser humano come.
Aunque no es peligrosa es usualmente molesta para quien lo padece. La presencia de oxiuros puede notarse en el niño al quedarse dormido porque siente mucha comezón en su trasero. Usualmente se pasa de niño a niño y los huevos pueden ser recogidos en las uñas, las que entran al cuerpo al llevarse las manos a la boca.
Otro de los problemas son los microtraumatismos que el mordisqueo ocasiona en las mucosas labiales, haciendo que patologías infecciosas como herpes y labios cortados sea más constantes.
Aunque en muchos casos perdura hasta la edad adulta, la mayor incidencia de este mal hábito se da en la pubertad. Es más común en el sexo masculino que en el femenino, y ocurre con la siguiente frecuencia:
44% de adolescentes; 28% al 33% de niños entre 7 y 10 años; 19% al 29% de adultos jóvenes; 5% de adultos mayores.
Los remedios caseros mas recomendados son:
-Preparar una infusión de valeriana con 2 cucharadita de la hierba por cada taza de agua. Dos tazas al día se deben beber.
-Mojar las uñas con jugo de limón para que sea desagradable el sabor y se evite llevar los dedos a la boca.
-Masticar un trozo pequeño de raíz de jengibre ayuda a controlar la ansiedad y los nervios.
-Colocar sobre las uñas aceite de oliva tibia para controlar el impulso de masticar las uñas.
-Colocarse uñas acrílicas postizas puede ayudar a quitarse el hábito de morderse las uñas.
Si no puede resolver sólo esta afección se debe buscar ayuda psicológica para poder controlar las emociones que originan el comportamiento compulsivo de morderse las uñas.
En el mercado hay líquidos amargos que se pueden usar en especial para que los niños dejen de morderse las uñas.
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